sábado, 27 de junio de 2009

Una tarde en el Cementerio

Fría tarde de invierno anula mis sentidos, sobre mis pies un calido césped y olor a flores ya fermentadas, sin poder encontrar la tumba de mi ancestro, o pobre manos huesudas sin vida y alma triste, abandona mucho tiempo en una lapida con la apariencia de una tabla. Al encontrar a la insípida lapida lo único que atine fue a caer en aquel césped y contemplar el cielo de color lila que sollozaba, sabiendo que debajo de mi ser, hay un cuerpo putrefacto y sin vida. solo miraba las nubes que formaban palabras, como si dios me quisiera hablar y el diablo tentar.


Lo siento mis pocos, pero estimados lectores por tan breve texto, ya no salen mas ideas